Sarteano y Cetona

Como os decía en mi anterior página dedicada a Villa Montichiello y a Radicofani, volví a coger el coche para ir a Sarteano. En cuanto vislumbré el imponente Monte Cetona, supe que estaba a punto de llegar. De hecho, da la sensación que Sarteano se apoya en dicha montaña. Es una ciudad pequeñita y encantadora, de orígen primero etrusco y después romano, si bien sus características arquitectónicas son, fundamentalmente, medievales y renacentistas.

Sus orígenes están confirmados por importantes hallazgos arqueológicos. En el emplazamiento de "Le Tombe" se han encontrado numerosas tumbas, urnas y joyas procedentes de la civilización etrusca. Por otra parte, en las inmediaciones de Sarteano se ha encontrado la urna del antiguo patricio romano Lucio Sartorio. Es probable que su nombre proceda de áquel: Sertorius.
Su ubicación es extraordinaria. Está situada entre suaves colinas y desde lo alto de la ciudad se disfruta de un estupendo panorama a Val di Chiana, Val di Arezzo y a la cercana Umbría.
La ciudad, perfectamente conservada, se erige junto a un sólido y austero castillo medieval, construido en piedra.
En el interior de Sarteano hay varios monumentos históricos, construídos entre los siglos XII y XVI, que destacan por su interés artístico, como la Iglesia de San Lorenzo (siglo XIII); la Iglesia de San Francesco (siglo XIV) con bellisímas obras pictóricas de Jacopo di Mino y de Girolamo Della Pacchia; el espléndido Palacio Piccolomini (siglo XVI) cuya estructura interna renacentista es digna de asombro. Cerca de ese Palacio, está la Iglesia de San Martino in Foro que conserva obras de Jacopo de Mino y de Andrea di Niccolò. Y, por supuesto, el Museo Arqueológico que contiene verdaderos tesoros de su antiguo pasado etrusco y romano.
A continuación, llegué con el coche en un periquete a Cetona.
Se trata de otra pequeña, pero interesantísima, ciudad medieval que fue una ciudad fortificada hasta el siglo XVI. Al igual que la vecina Sarteano, está situada entre delicadas colinas llenas de cipreses y de pinos, con un panorama extraordinario al Monte Cetona. En distintas cuevas de esta montaña se ha hallado probablemente el yacimiento de la Prehistoria más importante de Valdichiana, que atestiguan la presencia del hombre desde el Paleolítico hasta el final de la edad de Bronce. Todo ello está perfectamente documentado en el "Museo Civico per la Preistoria del Monte Cetona". Sin duda, una institución que merece una visita esmerada.
Por otra parte son dignos de interés: El torreón cuadrado de la antigua ciudadela (siglo I) y los torreones cilíndricos, construídos muchos siglos después (hacia el siglo XV).
La Iglesia de San Michele Arcangelo (siglo XII) que contiene frescos atribuídos a Cola Petrucci. La Iglesia de la Santísima Trinidad (siglo XV) en cuyo interior hay un magnífico ciclo de frescos de Pinturicchio.
La Plaza Mayor y el Palacio Vitelli, ambos del siglo XVI, cuando Cosme I de Medici, Gran Duque de Toscana, le concede la ciudadela al Marqués Chiappino Vitelli, quien la transforma en ciudad.
Estando aquí, donde la gente es encantadora, me he enterado que el último Domingo de Carnaval hay una celebración de especial interés cultural, que consiste en un desfile de carros y de numerosos grupos de personas con disfraces de época. Debe ser un espectáculo impresionante, a lo largo de este trazado urbanístico medieval, escrupulosamente respetado.
En esas fechas tengo que volver y participar de esa experiencia. Ya veré cómo me las arreglo para conseguir un disfraz a la altura de las circunstancias.
Ah, ¡Ya lo sé! pero no os lo puedo decir, no vaya a ser que alguien se me adelante...
En su momento, lo descubriréis vosotros mismos.
Sylvia






Comentarios

Unknown ha dicho que…
Muy interesante comentario sobre la Toscana . Me he sentido transportado a esa hermosa regio'n .

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