Tavarnelle Val di Pesa

Ayer estuve en Tavarnelle Val di Pesa. Pequeña y encantadora, la ciudad está situada en una colina preciosa que está prácticamente en el confín sur de la provincia de Florencia con Siena y el territorio de Chianti.

Por lo que ha sabido, los orígenes de Tavarnelle son antiquísimos. Al parecer, en el siglo VIII a.C., era el asentamiento etrusco de mayor densidad de población de la zona. Cuando los romanos sucedieron a los etruscos y ya llevaban siglos asentados en Tavarnelle, la llamaron Tabernulae, a causa de la tabernas u hosterías que se habían abierto a lo largo de la Via Cassia para "dar de comer al hambriento y de beber al sediento..." (cobrando, naturalmente) que pasaban por esa antigua carretera para ir de un lugar a otro e, incluso, de Florencia a Siena.
Con independencia de los muchos yacimientos arqueológicos que se han encontrado en la zona, la historia de Tavarnelle es muy interesante, ya que por su ubicación ha sido testigo presencial de acontecimientos históricos de gran importancia para la historia de Toscana, sobre todo entre la Edad Media y el Renacimiento.

En los siglos XII y XIII los distritos más sobresalientes de ese área de Chianti, además de Tavarnelle, eran la Abadía de Passignano (que es bellísima, de manera que, por favor, apuntadla enseguida en vuestra agenda de Toscana) Sambuca Val di Pesa y San Donato in Poggio.

En San Donato, los florentinos y los sieneses que, como sabéis, anduvieron a la gresca durante siglos, firmaron dos tratados de paz, uno en 1176 y otro en 1255. Pero, como sigue sucediendo hoy en día en cualquier lugar del mundo, dichos tratados resultaron no ser otra cosa más que papel mojado...

En el verano de1260, el ejército de Florencia y de sus territorios aliados, ya estaba formado y apostado en el Castillo de San Donato (muy cerquita de Tavernelle, por lo que todo ese enorme contigente militar tuvo que pasar por la Via Cassia) y el 4 de Septiembre de ese mismo año, los Güelfos de Florencia libraron la legendaria Batalla de Montaperti contra los Guibelinos de Siena.

Estos últimos contaban con un éjercito de proporciones muy inferiores, pese a la ayuda que les prestó el Rey Manfredo de Sicilia, enviando en apoyo de la causa Guibelina numerosos batallones de caballería germánica. Para entendernos, eran unos 35.000 Güelfos contra unos 20.000 Guibelinos. El destino inmediato de Toscana y de los territorios aliados de un bando y del otro, dependería de quien ganara esa batalla.

Contra toda previsión lógica, la batalla la ganaron los Guibelinos.
Ahora, viene el posible ¿porqué o cómo? que nos preguntaríamos todos.
El inmenso ejército de Florencia estaba al mando de Bocca degli Abati, quien en su interior estaba a favor de la causa Guibelina. Por ello, cuando los florentinos atacaron brutalmente a los sieneses (no tanto por ser más feroces sino por su superioridad númerica) Bocca degli Aperti, a caballo, se situó junto a Jacopo Pazzi, quien portaba el estandarte de los Güelfos, y le cortó la mano, cayendo el caballero y el estandarte al suelo.
Los Güelfos, espantados por tan imprevisible y horrendo acto, huyeron despavoridos y Siena ganó la batalla.
Aunque lo parezca, no fue una victoría "pírrica", ya que a su vez los Guibelinos de Siena habían sido traicionados por Buoso di Dovera, señor de Cremona, quien al frente de la caballería germánica del distrito militar de Parma, enviados por el Rey Manfredo, se había dejado comprar por el oro de Carlos de Anjou (a favor de Florencia) y dejó pasar sin mover ni un dedo a la caballería de Florencia.
Sería Buoso di Dovera quien, más tarde, delataría a Bocca degli Abati.

Además de juzgarles la historia, Dante Alighieri los juzgaría implacable y literariamente en la "Divina Comedia", Infierno, Circulo Noveno, cantos 31 y 34.

En el Círculo Noveno, en los abismos del Infierno, Dante sitúa a los traidores en el "Cócito", que está dividido en dos zonas: "Caína", en las que se están los traidores a la familia. Curiosamente, en la "Caína" se encuentran algunos miembros de la familia Pazzi (la familia del portador del estandarte Güelfo en la batalla de Montaperti). En la otra zona, "Antenora", están los traidores a la patria. Allí, entre otros, están Bocca degli Abati y su delator y también traidor, Buoso di Dovera.

Bueno, no voy a poder contaros mucho más sobre la interesantísima historia de Tavarnelle Val di Pesa y de sus poblaciones adyacentes, pues una página no puede ser un tomo de "Larrouse", pero os puedo garantizar que, hasta el siglo XVI, cuanto menos, se suceden episodios tan inquietantes como interesantes.

Esta fascinante localidad, con un paisaje bellísimo, goza de un alto nivel de vida, a causa, sobre todo, de su importante producción de vino, aceite de oliva virgen extra, trigo y las industrías de calzado, bolsos, etc., y de papel, mobiliario y maquinaria mecánica.
Entre otras muchas cosas de interés, tiene una iglesia preciosa: La Iglesia de S. Lucia al Borghetto, que procede del siglo XIII. Con una única nave, está considerada como uno de los máximos ejemplos de arquitectura gótica de todo el territorio de Chianti. En el interior hay unas obras de arte estupendas.

Estuve comiendo en la "Osteria La Gramola". El restaurante es muy bonito y se come de maravilla. Se entra por un largo y peculiar corredor, casi como si fuera un túnel, y de allí se accede al comedor. Pedí, de primero, unos hojaldres rellenos de setas "porcini" (boletus) delicados, calentitos y tiernísimos. De segundo, tomé una "costata de cinta senese" (chuletar de cerdo al estilo sienés) del que después de hornearlo, bien doradito y crujiente, te sirven lo que sería una chuleta. Estaba acompañado de ensalada verde variada y fresquísima y os puedo asegurar que el plato es un auténtico manjar. El vino fue otro acierto en plena regla. Tomé un "Castello di Gabbiano Chianti Classico Riserva" que es un tinto con cuerpo, de sabor afrutado con arómas de madera. Aunque me declaro lega en enología (¿para qué negarlo?) y me suelo dejar llevar por los consejos de los entendidos o por la intuición, creo que ese vino es uno de los mejores que he probado hasta ahora, lo que ya es mucho decir pues estamos en pleno Chianti: El cofre del tesoro de los vinos.

Salí encantada y, aunque hacía un frío que pelaba, seguí pasendo por la bella Tavarnelle Val di Pesa.

Sylvia





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